Como comentaba en la despedida del mes pasado me he hecho a la mar y le he dado caña a la flota española del Black Seas.
Y empezamos por un barco al que le tenía muchísimas ganas, el Santísima Trinidad, nave insignia de la flota española. Llamado el escorial de los mares, era el mayor buque de la época, llegando a tener 140 cañones en sus cuatro puentes. Construido en los astilleros de La Habana participó en la campaña de la guerra de la independencia americana y en batallas como la del cabo Espartel o Cabo San Vicente. Como la mayor parte de la flota española, tuvo su final en Trafalgar.
¡Esliz Vaiz!
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