domingo, 1 de mayo de 2022

Pintura 2022: Abril

 ¿En abril miniaturas mil? Pues no, este mes ha sido flojo, sólo 3 miniaturas, eso si, en mi defensa tengo que decir que son miniaturas grandecitas.


Carruaje Negro, Demonio de los Lamentos y Sagrario Mortis.

El carruaje negro es una miniatura de metal, (a excepción de los caballos que son de las matrices clásicas de los 80), de Games Workshop. El carro salió a finales de los 90, para el primer libro de Condes Vampiro de 5ª edición, y en su momento me acuerdo que era un miniaturón que destacaba mucho encima de la mesa. Con el aumento progresivo de sus modelos se ha ido quedando pequeño, como puede apreciarse en la foto de arriba, pero a mí personalmente me sigue gustando un montón. Ha salido hace unos años una nueva versión de plástico para Age of Sigmar, pero me quedo con este, (y 90€ que me ahorro).









Dentro del carruaje va un ataúd con un vampiro que por trasfondo se supone que va regenerándose y alimentándose de las almas de las víctimas del carro.


El siguiente es una miniatura que nunca salió en ningún libro de Condes Vampiro ni de no muertos, el demonio de los lamentos, o Mourngul, (que me gusta más como suena), en el original. 

Esta miniatura la sacó a principios de la década pasada Forge World para un libro, Monstrous Arcanum, donde ponían perfiles de monstruos de distintas razas de fantasy de los que irían sacando miniatura. El final del Warhammer fantasy dio carpetazo a este proyecto, del que sólo salieron unas pocas miniaturas, entre ellas esta.

Como el bicho en cuestión tiene perfil y está integrado en el libro de Condes Vampiro de Manuscritos de Nuth, me hice con uno. La miniatura es de resina.






El Mourngul no está mal, pero la verdad es que casi me gusta más el detalle del pobre caballo del arcabucero imperial.



Y por último este mes la miniatura, (o tal vez debería llamarla macrotura), del Sagrario Mortis. La figura es de plástico, de Games Workshop y pertenece al lanzamiento que hubo con el último libro de Condes Vampiro en 2011.

La figura, como se puede ver en la foto del principio es grande de cojones, tanto que no me entra en ninguno de los cajones que uso para guardar miniaturas, (la primera vez que me pasa), y tengo que guardarla tumbada, el transporte también es un dolor de muelas. El montaje es una pesadilla, son un montón de piezas, (el papel de las instrucciones de montaje se puede usar de sábana), y tardé casi más en montarla que en pintarla.

Dicho esto hay que reconocer que la miniatura es una pasada y una sacada de chorra por parte de Games Workshop de las filigranas que es capaz de hacer en plástico. Tiene bastantes detalles pero, por una vez, Games Workshop se contuvo y no les dio el horror vacuis que suelen tener, así que no la saturaron de detalles inútiles, lo que hubiese hecho que fuera una pesadilla pintarla por lo grande que es.

















Con esto ya sólo me quedan 7 miniaturas para terminar todo el ejército, a ver si en un par de meses puedo terminar.

¡Eliz vaiz!

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