jueves, 11 de abril de 2019

Campaña: La cervecería del bosque muerto 2ª ronda. Bestias del Caos vs Enanos (Manuscritos de Nuth reloaded)

Los enanos seguían internándose en el bosque, bien, cuando inició su retirada Bran Mak Morn ya previó que el orgullo enano les llevaría a hacer esa clase de estupideces. Que siguieran internándose persiguiendo sombras, él atacaría su tren de suministros, cortaría la ruta de regreso a su colonia y convertiría el bosque en su tumba. 

Sin embargo el avance enano era muy metódico y cauteloso, no les faltaban montaraces y exploradores. Para llevar a cabo un movimiento así que les pillara de sorpresa necesitaba una distracción. Necesitaba un asalto frontal a los enanos de la suficiente envergadura, que los tuviera anclados por temor a ver copada su posición y que distrajera la atención de sus exploradores ¿Pero quién en sus huestes sería tan estúpido de llevar a cabo un asalto frontal casi suicida mientras él se hacía con los suministros enanos? Bran Mak Morn sonrió dejando ver unos dientes tan podridos como afilados, Zholegh el cruel, pensó, o como él le llamaba, Zholegh el estúpido.

Zholegh era un beligor que, después de conseguir un arma mágica matando a su dueño en un pequeño saqueo a una guarnición imperial, se creía el mismísimo elegido de los dioses oscuros. Era frecuente verle enseñorándose y diciendo a quien quisiera escucharle que era el mejor guerrero de todo el rebaño; más de una vez había pensado en matarle sólo para dejar de oír sus fanfarronadas, pero por alguna razón, lo había dejado vivo, sin duda por voluntad de los dioses, pues al fin y al cabo tener un tonto útil a mano siempre viene bien.


Morek Ivansson se hallaba reunido con su consejo de guerra, a sus primos Gloin y Fili, que tenían el honor de ser los portadores de su escudo, y su hermano Harek que portaba el estandarte familiar, se había unido un matador, Gerd, muy respetado en la zona por ser, a su pesar, veterano de gran cantidad de batallas.

- No me gusta. Comentó Harek - Es una trampa, seguro que es una trampa, nos hallamos lejos del asentamiento, si esas bestias logran cortarnos nuestras líneas de suministros nos costará mucho salir con vida del bosque.

- Pues claro que es una trampa, respondió Gerd. - Pero si nos retiramos les estaremos dejando la iniciativa, hay que atacar, atacar hasta exterminar a la última de esas inmundicias. 

- Ambos tenéis razón, medió Morek. - Si presentamos batalla corremos el riesgo de ser copados y rodeados y si retrocedemos seguro que aprovechan para hostigar nuestra retaguardia. Morek frunció el ceño pensativo. - Pero podemos aplastarlos. Si, hemos sufrido bajas en la batalla, pero no más que ellos. Si nos vamos y les dejamos tranquilos en el bosque, el siguiente verano volveremos a tener el mismo problema. Morek posó su mano en Mjolnir, el martillo rúnico que durante generaciones había pertenecido a su familia. - Presentaremos batalla, si logramos diezmar al ejército que se dirige hacia nosotros no tendrán capacidad de sobrepasar nuestras líneas. Y entonces seremos nosotros los que caigamos sobre su asentamiento y erradiquemos este problema para siempre.


Bueno, pues los dioses oscuros han sido propicios y he podido jugar la segunda partida de esta campaña relativamente pronto. Y como no todo en la vida son batallas campales, para continuar la historia hemos decidido jugar la misión ¡Mantened la posición! página 15 del libro Manual de campo para generales, (para mí el mejor libro editado nunca por Games Workshop). Esta misión representa un ejército enano consolidando territorio dentro del bosque y un ejército de Bestias del Caos tratando de romper su línea para obligarles a retroceder.
En la misión un ejército invasor, (Enanos), cuenta con un 50% más de puntos que el ejército local, (Bestias del Caos). Decidimos jugar con 2250 puntos de Enanos contra 1500 de bestias. Si al final del 6º turno las Bestias del caos tienen al menos 2 unidades de potencia 10 o superior en la mitad de tablero enano ganan, si no, ganan los enanos.


Despliegue inicial Enanos, de izquierda a derecha. 19 montaraces con grupo de mando completo; en la unidad va un señor del clan con arma a 2 manos, ballesta, runa de piedra, runa de la camaradería y runa rompehechizos. Cañón lanzallamas. 10 martilladores con grupo de mando completo; en la unidad va un Señor de enanos, (general), con escudo, porteadores, arma de mano con runa magistral del vuelo y 2 runas de la fuerza, y armadura de gromril con runa magistral de adamantina. Girocóptero. 23 guerreros del clan con grupo de mando completo, en la unidad va el portaestandarte de batalla con runa de los ancestros. 20 rompehierros con grupo de mando al completo y runa de batalla en el estandarte. Encima de la colina 2 cañones, uno con runa ígnea y de inmolación y el otro con runa de la inmolación, ambos con ingenieros y 10 ballesteros con grupo de mando al completo. Y en el flanco, totalmente solo Matadragones.

Despliegue inicial Bestias del Caos, de izquierda a derecha. Manada de bestias con 15 gors con 2 armas de mano, 5 ungors y grupo de mando completo; en la unidad va un Chamán del rebaño de nivel 2 con saber de la muerte, bastón de Darkoth y piedra de energía. 5 mastines. Manada de bestias con 15 gors con 2 armas de mano, 5 ungors y grupo de mando completo; en la unidad va un Chamán del rebaño de nivel 2 con saber de las bestias con cayado de la manada y familiar hechicero. 5 mastines. 19 bestigors con grupo de mando completo; en la unidad va un Beligor, (general), con armadura del caos, escudo, espada de poder y cuerno de la gran cacería. 10 arpías, 5 centigors con grupo de mando completo. Todos los personajes llevan marca del caos absoluto. En reserva para entrar en emboscada hay 2 manadas de bestias de 10 gors con 2 armas de mano, 5 ungors y campeón de unidad.

Turno 1. Bestias del Caos.


El escenario le da al jugador local, (Bestias del Caos), la opción de elegir jugar primero o cederle la iniciativa al rival. Normalmente elegiría ir segundo, para poder mover las unidades en el último turno para  conseguir el objetivo; pero con la cantidad de disparos que tienen los enanos, prefiero empezar para acercarme lo más posible y evitar los disparos enanos.

El turno no tiene mucha historia, movimiento generalizado de las bestias hacia delante buscando acercarse al combate. en la fase de magia el chamán con el bastón de Darkoth lanza el hechizo de la llamada salvaje para que los mastines de la izquierda puedan cargar al cañón lanzallamas, pero el jugador enano lo dispersa usando su runa rompehechizos. El otro chamán intenta lanzar el hechizo festín de cuervos pero el  jugador enano lo dispersa.

Turno 1. Enanos.


Fase de movimiento enana rápida, el girocóptero y el matadragones se mueven para taponar el flanco izquierdo enano.


Los dos cañones disparan a la unidad de bestigors con el general y volatilizan a 6 bestigors.


El señor de los enanos pone a volar su martillo como si de Thor se tratara y acaba con 4 mastines, el superviviente huye. Después hemos visto en las FAQ que el martillo con runa magistral del vuelo sólo tiene un ataque, lo que hubiera hecho imposible hacer fallar el chequeo de desmoralización de la unidad y me hubiera permitido cargar al turno siguiente al cañón lanzallamas, pero como se verá más adelante, tampoco creo que hubiera cambiado mucho el resultado de la partida.


Los ballesteros matan 3 mastines de la otra unidad, pero estos aguantan en su sitio.

Turno 2. Bestias del Caos


En su turno las bestias presionan al máximo el centro enano. Por una parte salen dos manadas, (de 10 gors y 5 ungors), por la retaguardia con intención de amenazar la artillería, (mi general está viendo pasar las bolas de cañón demasiado cerca y mi única unidad medio decente está siendo diezmada. Tanto centigors como arpías amenazan la colina enana, y los mastines preparan una trampa a los rompehierros y guerreros del clan para tratar de tener una carga ventajosa en el siguiente turno.

En la fase de magia las bestias logran pasar un hechizo ante tanto dado de dispersión enano, el festín de cuervos, que causa 2 bajas en la unidad de martilladores.

Turno 2. Enanos.


Los rompehierros, confiados en aguantar bien una contracarga gracias a su armadura y a tener cerca un portaestandarte de batalla, muerden el cebo de los mantines, que como se puede adivinar, son eliminados.

El general enano abandona a los martilladores, encara a una de las manadas que salieron por retaguardia, les lanza el martillo y éstos huyen del campo de batalla al fallar el chequeo de moral. Lo cual vuelve a demostrar lo buena que sería la runa magistral del vuelo si hiciera todos los ataques del portador y no uno sólo.

El cañón lanzallamas hace a la parrilla a un par de gors, pero la manada aguanta la moral. Los cañones de la colina fallan bastante este turno. 


El girocótero dispara a los centigors, matando a 2.


Los rompehierros arrasan a la unidad de mastines y consiguen llegar a cargar a un rebaño. Logran hacerles tres bajas sin recibir ninguna y la moral de las bestias flaquea y huyen.


Turno 3. Bestias del Caos.


Turno decisivo para las bestias del caos, con múltiples cargas que, si salen bien les pondrá la partida de cara y si salen mal les costará mucho recuperarse del golpe.


Los enanos, que con eso de llevar barbas se contagian de integrismos, tenían la runa de la inmolación en los 2 cañones. La unidad de centigors vuela por los aires junto con la máquina de guerra, el rebaño pierde 3 gors, pero en el arrasamiento logran cargar por la retaguardia a los ballesteros.


En el combate los ballesteros sólo pierden 3 enanos y logran quedarse gracias a la cercanía del estandarte de batalla.


Los rompehierros reciben 5 bajas sin conseguir causar ninguna, sin embargo gracias también a la cercanía del portaestandarte de batalla, logran aguantar como una roca sobre el terreno y poner las cosas muy negras a las bestias de cara al siguiente turno.

Turno 3. Enanos.


Los martilladores y los guerreros del clan se unen al combate cargando al flanco del rebaño. El cañón lanzallamas y el girocóptero disparan al rebaño que no se encuentra trabado en combate friendo a 5 ungors y 3 gors, pero la unidad supera la tirada de moral y se queda en el sitio.


En el combate central las bestias pierden y huyen, trabándose los martilladores con el rebaño al que acaban de freir las máquinas de guerra.


Los ballesteros vuelven a perder el combate, sufriendo 3 bajas sin lograr hacer ninguna, pero sacan un doble uno en el chequeo de moral y se quedan en el sitio. Está claro que los enanos no piensan huir de ningún combate en esta partida.


En el combate del arrasamiento los martilladores pierden, causan 2 bajas y sufren 3, pero se mantienen en el sitio.

Turno 4. Bestias del Caos.


Los bestigors y el rebaño que se encontraba huyendo se reagrupan. Las bestias pueden por fin lanzar el hechizo la llamada salvaje, que tenía el bastón de Darkoth, y la manada reagrupada puede cargar el flanco de los rompehierros que les habían perseguido. No se produce ninguna baja, perdiendo por modificadores los enanos el combate, pero superando el liderazgo.


En la colina los ballesteros terminan sucumbiendo.


Los martilladores pierden el combate, hay 2 bajas en cada bando, pero superan el chequeo de moral sin problemas.

Turno 4. Enanos.


La cosa ya parecía muy decantada a favor de los enanos. Sólo había 2 unidades de bestias capaces de cumplir el objetivo, (los rebaños que estaban encima de la colina y en el flanco de los rompehierros); y los enanos se emplearon a fondo en la fase de disparo para que el rebaño de la colina dejase de puntuar. Consiguen hacerle 5 bajas, suficiente para que la unidad no puntuase y que las bestias del caos perdiesen automáticamente la partida, el rebaño superó el chequeo de moral y nosotros decidimos seguir jugando un turno más.


El solitario matadragones pro fin consigue llegar al cuerpo a cuerpo, mata a 2 arpías sin que éstas puedan herirle pero, a pesar de su bajo liderazgo, consiguen superar el chequeo y se quedan en el combate.


Los guerreros del clan se unen al combate de los rompehierros cargando por el flanco del rebaño de bestias.


Y a pesar de que es un combate de mancos donde nadie consigue herir, la moral de las bestias se rompe y huyen. Haciendo que guerreros del clan y rompehierros se traben con los bestigors. Aquí cometimos un error por las prisas, y es que tendríamos que haber combatido en este mismo turno y sin embargo, hicimos el combate en el turno siguiente.

Turno 5. Bestias del Caos.


Aun con la partida perdida y como teníamos tiempo decidimos jugar el quinto turno. El rebaño de bestias cargan al matadragones para apoyar a las arpías, pero muy a su persar el matador no encuentra la muerte.


El chamán que estaba en combate con los martilladores consigue lanzar el hechizo la furia del oso, consiguiendo con ello matar hasta al último de los enanos.


El combate de los bestigors con guerreros del clan y rompehierros vuelve a ser un combate de mancos, no produciéndose ninguna baja en ninguno de los bandos.


Por resultado del combate los bestigors huyen, el rebaño, que se había reagrupado al inicio del turno no se deja contagiar y aguanta. Los enanos deciden no perseguir.

Turno 5. Enanos.


Los guerreros del clan cargan al rebaño de bestias, única unidad de todo el ejército que mantiene una potencia de unidad mayor de 10.


El general enano vuelve a lanzar su martillo y fulmina al rebaño al completo, chamán incluido.


El girocóptero no quiere dar descanso a los bestigors, eliminando a uno de ellos con su cañón de vapor.


En combate el matadragones consigue su objetivo. Morir en combate rodeado de enemigos.


A pesar de causar una sola baja, los guerreros del clan logran hacer huir al rebaño de bestias. 


Con esto termina la batalla. Victoria clara de parte de los enanos. El objetivo de las bestias del caos era meter, en la mitad del tablero de los enanos, 2 unidades con potencia 10 o más; no hay ninguna unidad de potencia 10 en esa mitad, y la única que le queda al ejército de bestias está huyendo. Con esto, aunque la misión está marcada a 6 turno decidimos terminar la batalla ya en el quinto.

Conclusiones, los enanos son duros, muy duros. Sabía que, con un 50% más de puntos a su favor, los enanos iban a ser mejores que yo, así que traté de sacar partido al máximo con unidades baratas y con buena movilidad. Todas mis unidades tenían al menos portencia 10 para darle a sus proyectiles más objetivos de los que pudieran ocuparse y poder esconder alguna unidad en algún elemento de escenografía. Pero con la movilidad del girocóptero y el despliegue de los montaraces al ser exploradores, supo cubrir todos los huecos sin dejarme un escondite seguro. A partir de ahí ya no tenía más remedio que hacerle frente, cosa que intenté de la forma más ventajosa posible, pero la falta de pegada de las tropas, (eché de menos unidades más contundentes como minotauros o algún monstruo); y la inquebrantable moral enana decantaron la partida a su favor.

Durante la partida cometimos algún fallo, como con la runa magistral del vuelo, que mi adversario usó tal y como era en el primer libro de ejército enano de 6ª, (cuando la base del manuscrito de Nuth es el segundo libro); lo cual dio al general enano una potencia tremenda a disparo. También me obcequé, no sé porqué, en que las armas a 2 manos atacaban en último lugar aunque cargasen, lo cual perjudicó tanto a sus martilladores como a mis bestigors. En fin, cosa de jugar muy poco, al menos hacer estos informes sirve para darse cuenta de estos errores. Al final, no creo que nada de esto haya influido en la partida, y el resultado hubiera sido una victoria enana de todas formas.

Morek Ivansson observaba las piras funerarias en las que ardían los martilladores, su guardia personal había estado en lo más duro del combate y se habían comportado admirablemente, aunque habían sufrido gran cantidad de bajas. Una punzada de culpa atravesó su corazón. -Tenía que haber estado con ellos, pensó. Se había ido a retaguardia para estabilizar la situación cuando esas bestias aparecieron de la nada. Destrozaron gran parte de su artillería y aniquilaron a los ballesteros y si él no hubiese intervenido podrían haber destrozado toda la retaguardia de su ejército. Aún así era duro admitir que no podía estar en todos los sitios a la vez.

Su hermano Harek se puso a su lado. -Estamos listos para continuar la marcha hermano.
-Creí que no veías con buenos ojos entrar tan profundamente en el bosque.
Harek se encogió de hombros. -Lo consideraba arriesgado, pero la batalla ha ido bien. No creo que nos hayan lanzado todo lo que tenían, pero era una fuerza considerable y la hemos diezmado, es imposible que les queden fuerzas suficientes como para tratar de envolvernos. Gerd tenía razón, con las bajas que les hemos causado, si sabemos aprovechar el momento los exterminaremos.
Morek sonrió, el viejo matador había encontrado su destino, lo habían encontrado muerto rodeado de una montaña de enemigos a los que había abatido. Su sacrificio también había contribuido a salvar la retaguardia del ejército de la emboscada de las bestias.
-Prepara a las tropas, tronó el señor enano, nos ponemos en marcha, vamos a acabar con esta mancha de una vez, bastante muertes han costado ya.


Bran Mak Morn tenía el cuerpo lleno de sangre y masa encefálica, soltaba tanta espuma por la boca de la rabia que sentía que los gors que le rodeaban, a una distancia prudencial, pensaban que los dioses lo estaban transformando en un engendro.

- ¡Estúpido, estúpido, ESTÚPIDO!! le gritaba al cadáver decapitado de Zholegh, le había machacado la cabeza con tal saña que esta se había transformado en una mancha irreconocible en el suelo. 

Había elegido a Zholegh por ser estúpido, pero no pensaba que lo era en tal grado, en lugar de distraer e impedir el avance del ejército enano mientras él los rodeaba, había presentado combate frontal contra ellos y el rebaño había sido diezmado. Si bien no eran de lo mejor que tenían, (las buenas tropas se las había guardado para si), el desastre era tal que su prestigio en el rebaño se había deteriorado mucho. Ya había beligors, chamanes y minotauros mirándolo con tono desafiante, seguramente no pasaría demasiado tiempo hasta que alguno de ellos lo desafiase abiertamente, eso por no mencionar lo que los dioses pensasen de su fracaso como caudillo. 

Para empeorar las cosas su exploradores decían que los enanos se habían vuelto a poner en marcha y amenazaban directamente su campamento. Si llegaban a mancillar la piedra de la manada sería más de lo que su débil liderazgo podría soportar, terminaría siendo descuartizado y devorado vivo por sus rivales o convertido en una masa de carne babeante por los dioses. No le quedaba más remedio que presentar batalla con todo lo que tenía para defender el campamento, expulsar a los enanos y después hostigar se retaguardia mientras se retiraban para volver a tener la confianza del rebaño.

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