miércoles, 28 de noviembre de 2018

Saga: Sarracen begins

Hola. Después de un tiempo de parón wargamero vuelvo a la carga con Saga.

Partida entre Sarracenos y Milites Christi a 6 puntos. Misión básica del reglamento, Choque de señores con despliegue en diagonal. Tiramos 2d6 para añadirle reglas especiales a la partida y nos salió amanecer y viejos rencores.




Despliegue Milites Christi, parte superior, de izquierda a derecha. Señor, unidad de 8 guardias, y detrás unidad de 8 guerreros a pie. Al otro lado del palmeral unidad de 8 ballesteros, detrás unidad de 8 guerreros a pie, y detrás de éstos unidad de 4 guardias.

Despliegue Sarraceno, parte inferior, de izquierda a derecha. Unidad de 8 guerreros a pie, unidad de 8 guardias, unidad de 4 guardias con arco, señor, unidad de 8 guerreros con arco a caballo, unidad de 12 levas.


Primer turno, empieza el jugador cristiano. Al no poder cargar ni disparar a más de M por la regla de amanecer, no hace nada destacado. Mueve ligeramente las tropas y se guarda dados en las habilidades oración y mártires. 



El musulmán aprovecha el movimiento gratuito de viejos rencores y la facilidad para disparar del arco compuesto para hostigar, tanto con los guerreros como con los guardias a los ballesteros rivales. Utiliza reserva de activación para ganarse 2 dados extra de disparo y disparos perforantes para bajar la armadura de los ballesteros, sin embargo el cristiano usa oración, con todos los dados extra que se gana por mártires, para minimizar bajas. Al final son eliminados 2 ballesteros.

El jugador sarraceno vuelve a activar ambas unidades, (a los guardias con la habilidad pura sangre, para evitar fatiga), para alejar sus tropas.


Segundo turno. El hospitalario deja quieto su flanco derecho, en el izquierdo mueve ballesteros y guardias. Deja dados en la habilidad oración, en espera de, en su siguiente turno, machacar el flanco débil rival.


Pero comete el error de subestimar a las levas, el sarraceno las activa usando reserva de combate para añadir más disparos y disparos perforantes para reducir la armadura de los guardias, que resultan aniquilados.


Por otra parte el sarraceno vuelve a activar sus 2 unidades de arqueros a caballo para avanzar, disparar sobre los ballesteros y volver a activarlos para retirarse, (usando nuevamente pura sangre con los guardias para que no se fatiguen), eliminando a otros 2 y dejando la unidad en 4.


Después del desplome de su flanco izquierdo el hospitalario se juega el todo por el todo en el derecho.


Al más puro estilo de las órdenes militares de vencer o morir usa 2 activaciones para poder cargar a los guardias sarracenos.


Utiliza las habilidades sangre derramada para que el sarraceno no se aproveche de su fatiga subiéndose la armadura y resolución para aumentar su oración.


Logra ganar el combate sin sufrir bajas; pero los sarracenos, que han sufrido 3 bajas, todavía tienen capacidad de combate.


El hospitalario vuelve a cargar para rematar el trabajo, pero el combate acaba en tablas sin bajas por ninguna parte.


Con la unidad principal hospitalaria totalmente aislada del resto de su ejército los sarracenos inician su hostigamiento. los guardias con arcos usan la habilidad hermandad, para ganarse 2 dados de disparo extras y dar en un asalto posterior 3 dados de ataque extra a la unidad que cargue a los cristianos. Los disparos logran 3 bajas.


Una vez limados a disparos los guardias mahometanos cargan a sus homólogos cristianos. Usan las habilidades coordinación para ganarse 4 ataques extra, (que se suman a los 3 que se habían ganado por la habilidad de hermandad que habían usado los arqueros para un total de 7 ataques más), y acero de Damasco, para ganar un +1 al resultado de toda esta lluvia de ataques.


El resultado es la casi aniquilación de los guardias hospitalarios quedando un único superviviente en la unidad. Los sarracenos sufren una única baja.


Turno milites. El jugador hospitalario se encuentra ya totalmente a la defensiva, no hace nada salvo acumular montones de dados en oración y en habilidades de reacción.


El turno sarraceno empieza como el anterior, con los guardias con arco disparando al guardia hospitalario usando hermandad y disparos perforantes. Pero lo único que consiguen es quitar dados de oración de la tabla milites.


Los guardias sarracenos cargan usando acero de Damasco, pero al igual que sus colegas con arco lo único que logran es quitar dados de oración.



Por último es el propio señor sarraceno el que intenta eliminar la unidad, pero lo único que consigue es llevarse una fatiga extra para evitar la herida que le causa el cristiano.


Quinto turno de los milites christi y la estrategia es la misma del turno anterior, no hacer nada salvo engordar el casillero de oración.



El sarraceno usa ardiz en su fase de órdenes para quitar 2 dados de la tabla rival ¿adivináis de dónde quita los dados? efectivamente, de oración. Posteriormente activa a los guardias con arcos para disparar potenciándolos con disparos perforantes y consiguiendo por fin, eliminar al guardia hospitalario superviviente.


Sexto y último turno hospitalario con la misma tónica, sin moverse totalmente orientado a la defensa.


En su último turno el sarraceno se dedica a hostigar a la unidad de ballesteros, que termina resultando aniquilada.

Con esto termina la partida. Contundente victoria de los Sarracenos 18-4.

La habilidad oración es un arma de doble filo. Es muy buena, sirve para aguantar la posición contra viento y marea, pero los dados de saga son finitos, si dedicas todos tus recursos a oración no podrás hacer otra cosa y dejarás al enemigo campar a sus anchas. Los Sarracenos son una banda que requiere de una coordinación entre sus unidades para poder hacer daño, esto hace que se tenga que cocinar a fuego lento, jugando sin prisas y que sufra mucho cuando los presionan demasiado rápido, pero contra un rival defensivo y que deje jugar son letales, como se ha podido comprobar en esta partida.

Creo que el momento clave de la partida fue cuando las levas volatilizaron una unidad de guardias a disparos, esto impidió al milites comerse mi flanco débil y atacar mi flanco fuerte sin una clara superioridad.

Pero estos monjes guerreros son correosos y seguro que se recuperan rápido.

Siempre luchamos por nuestra fe. Luchamos contra aquellos que por su credo nosotros considerábamos infieles. Luchamos en Jerusalén, en Córdoba, en Poitiers y en muchas otras zonas del planeta. Luchamos hasta el final. Eramos sarracenos y luchábamos por nuestra religión y por nuestras familias. Alá os guíe.

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